Inspirada por su última relación de pareja, Marguerite Duras (1914-1996) compendia en las pocas y hermosas páginas de Yann Andréa Steiner (1992) la mayor parte de los asuntos y preocupaciones recurrentes a lo largo de su obra. Entreverando con la soledad siempre de fondo la historia del encuentro de una autora vieja con un autor joven, la de una muchacha que aguarda en una estación el tren que ha de llevarla a Auschwitz y la relación de un niño huérfano, judío, de seis años, con su monitora de dieciocho en una colonia de vacaciones, la autora francesa teje en esta novela una malla sutil que integran de forma indiscernible la sensualidad y la sensibilidad femenina, la soledad y el amor, el presente y el recuerdo, la escritura y la vivencia, el Holocausto, la infancia, la autobiografía y la nostalgia. Traducción de Manuel de Lope