El mundo narrativo de Gina Aguad surge desde un calidoscopio variopinto por medio del cual ella observa la realidad, no como una visión simple y única de los seres y las cosas, sino como el espectáculo escurridizo e inasible de la existencia, lejos de todo maniqueísmo estético,con sus representaciones particulares, con sus evidencias y secretos, con lo que está más allá de los hechos reales, desde los brillos multicoloresde este extraño diamante que llamamos vida.