Desde niña me enseñaron que los sueños no se podían quedar en el olvido. Sin importar lo difícil que fuera el viaje, se debían cumplir. Y así lo hice.
En este libro les relataré el largo camino de aprendizaje que recorrí hasta lograr reunirme con mis hijos del corazón Renette y Reonel, de nacionalidad haitiana. Sin haber viajado nunca a Haití, el destino me llevó hacia ellos y nos unió para que formáramos una familia intercultural, llena de colores y alegría.
Junto con esto, quiero hablarles de un tema que hoy nos convoca a todos como chilenos: la migración. Entendamos que detrás de cada persona hay una historia que merece ser escuchada. Démonos el espacio y abramos nuestra mente sin prejuicios para conocer a estos “nuevos chilenos”, y aprendamos de la diversidad cultural que hoy nos entrega nuestro país, desde el amor y la empatía.