La revolución no sucedió en las calles ni fue sangrienta: la revolución sucedió en casa y la llenó de
fantasías y mundos alternativos. Desde el VHS hasta los sistemas on demand, el cine encontró otra
forma de llegar a su público, que hoy puede gozar de toda la historia del séptimo arte sin moverse
de la cama, con una bandeja llena de cosas ricas y, como demuestra Maia Debowicz, rodeada de
decenas de conejos. Con mucho humor y precisión, la autora nos cuenta cómo, gracias al triunfo
(nerd) de esa revolución, el cinéfilo en ciernes puede pasar de Los locos del golf a El ciudadano,
descubrir Superstar o dedicar tardes enteras a películas larguísimas en episodios que son esas
locuras de Twin Peaks, Breaking Bad o Game of Thrones. O ver cómo el cine se desliza a
refugios más íntimos sin perder nada de la fascinación que siempre generaron las películas. De eso
y del “hágalo-usted-mismo” trata este libro, de cómo disfrutar del cine en pijamas.