Sergio Marquina, más conocido como el Profesor, pasó una parte de su infancia y adolescencia en el hospital de San Juan de Dios de San Sebastián, donde trabó amistad con Jero Lamarca. En los peores días de Jero, Sergio, que ya entonces tenía una mente privilegiada, ideaba juegos mentales de deducción que mantuviesen a su amigo despierto. En los días en que a Sergio se le teñía la mirada y hasta se olvidaba de hablar, Jero lo traía de vuelta enseñándole a hacer pajaritas de papel.