Lo inherente en la poesía es su versatilidad y jovialidad; un juego de palabras que permiten una vía serena entre los sentimientos y el mundo.
En una mirada acotada del mundo, este poemario se aleja de toda presunta seriedad para darle una gran bienvenida a la jovialidad, donde la advertencia al lector se encuentra implícitamente en la solicitud de una doble lectura. Las estulticias del autor son desvaríos quijotescos que permitirán conglomerar poemas satíricos, burlescos y amorosos, en constantes referencias bibliográficas a la literatura moderna. Junto con esto, esta propuesta permite evaluar con distancia las aparentes solemnidades que simulan ser la vía de todo encuentro personal con la vida. Es inquirir la seriedad con la risa para validar la idea de que la vida es, en apariencia, un juego; que el lenguaje es un juego. Y esto mismo es lo que hormiguea en los versos, pues no por ello se deja de ver con hondura ni deja de ser elocuente la vida.
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