Veníamos de una fiesta de disfraces, cosa ideal, dado que andábamos en el esfuerzo de parecer puras cosas que no éramos Para empezar: felices. Después de diez años de vivir juntos, María y Emiliano se separan. ¿Qué fue lo que los alejó? ¿La monotonía? ¿La extinción del deseo? ¿Las miserias cotidianas? Perpleja, en carne viva, María habla del dolor de la ausencia, de los cambios en su rutina diaria, de su independencia recién estrenada, de las reacciones de familiares y amigos, de todo lo que todavía la mantiene unida a ese amor que ya no está a su lado. Con un estilo directo, que elude el romanticismo banal y se atreve a la ironía, Catalina Aguilar Mastretta cuenta la historia del duelo tras una ruptura amorosa y de la capacidad humana de resurgir de las cenizas. Todos los días son nuestros es el debut sorprendente de una joven autora que parece haber nacido escribiendo.