Vivimos en el cruce de dinámicas civilizatorias que nos llevan a enfrentar el colapso climático y la desmaterialización creciente del mundo por la inteligencia artificial. Junto con reconstruir la historia de ese camino hasta un posible “desierto humano”, la autora hace un llamado a repensarnos, a reconstruir nuestra propia subjetividad. Se trata, de “volver a casa”: comprendernos como parte de la naturaleza, en su flujo, en su interdependencia, en su cuidado. Una ontología de lo viviente nos espera como desafío. El Retorno a lo sensible se inscribe a la vez en una lógica de la inmediatez (¿qué más inmediato que nuestro cuerpo, nuestros sentidos, nuestro contacto?), y en un salto cuántico hacia otro paradigma: desmontar los pilares civilizatorios que hoy llegan a su punto de entropía.