Juan quiere tener un hermanito, lo está deseando. Pero ¿qué puede hacer si sus padres no escuchan sus peticiones? Y, de pronto, alguien le habla de una semilla que hay que plantar. Así que el chico le pide a su abuelo, un enamorado de las plantas, que le acompañe a la jardinería para comprar una semilla y, luego, intenta plantarla en la tripa de su madre mientras ella duerme la siesta. Pero, claro, ella se despierta cuando Juan la riega para crezca.