Lee Yeongjun es el heredero de una prestigiosa empresa que dirige con mano de hierro. Guapo e inteligente, pero, sobre todo, egocéntrico, se considera a sí mismo la perfección hecha persona. Por eso, cuando su asistente personal, Kim Miso, le comunica que quiere dejar su puesto de trabajo, no se lo toma nada bien. ¿Qué le pasa a la secretaria Kim? Después de nueve años trabajando juntos, Yeongjun no está dispuesto a renunciar a ella así como así y hará todo lo posible por mantenerla a su lado? En este tercer tomo continúa el enfrentamiento entre Yeongjun y su hermano, con Miso como víctima involuntaria, y Yeongjun mete la pata hasta el fondo al tratar de confesarle sus sentimientos a su secretaria. Si tanto le irrita, ¿por qué no puede Miso dejar de pensar en su jefe?