Bahía está segura: ¡su nueva vecina es una bruja! Pero cuando intenta advertir a su mamá, se encuentra con que no le cree: las brujas no existen, le asegura. Y peor aún, ha invitado a la vecina a tomar once. Desde ese momento empiezan a ocurrir cosas extraordinarias, como cuando Bahía encuentra a su gato jugando con un hámster que habla... ¡con la voz de su mamá!