Un relato autobiográfico desgarrado y penetrante de realidades políticas que hoy parecen ficción. La honda fractura de la sociedad chilena, el precio de los ideologismos ciegos, la sobrevivencia al límite en entornos hostiles, y el desencanto del paraíso en la tierra -la extinta RDA-, son, entre otras, las vivencias del autor, militante comunista desde los 13 años. Su corolario presente es una afirmación vibrante de humanidad, y amor a Chile y sus instituciones republicanas.
Cristián Zegers Ariztía
Los partidos comunistas de la era soviética eran entes misteriosos. Con más talante de iglesias que de organizaciones políticas, no dejaron historia documentada de sus debates, escisiones o cambios de línea. El PC chileno no fue una excepción. Su infrahistoria sólo consta por revelación de “renegados” o por testimonio de militantes que se alejaron y ponen en orden sus recuerdos. Este es el caso de Patricio Cueto Román y de este libro, que desclasifica su breve marcha de joven creyente en zonas peligrosas. Va desde su rol de “jotoso” que informa sobre actividades militares durante la transición chilena al socialismo, hasta la pérdida de su fe como exiliado en el real socialismo de la RDA. Es un testimonio singular y valioso, porque Patricio es un narrador con oficio y porque su frustración de ayer se mezcló con la introspección y se convirtió en su experiencia de hoy. Él ya sabe, a cabalidad, que las imperfecciones de la democracia jamás justificarán la anomia vitalicia, la arbitrariedad dirigencial, los derechos humanos instrumentales ni la desinformación sistemática, siempre indisociables de las perfectas dictaduras.
José Rodríguez Elizondo