Luisa Clementina cumplirá veintitrés años y, para la sociedad en la que vive, pronto se convertirá en una mujer cuya juventud pasó a ser un tesoro que no supo aprovechar o, como diría su familia, una triste y patética solterona.
Cansada de vivir bajo las reglas de un padre que no la deja estudiar medicina, Luisa se rebelará y renunciará a sus baños de tina caliente, a los polvos de arroz que ocultan su tez morena y a los manjares que preparan las criadas, para conseguir lo que tanto le han negado. Disfrazada de hombre de clase obrera descubrirá un mundo clasista e inminentemente masculino, en el cual la mujer no tiene voz ni voto. Por fortuna, la vida la cruzará con Víctor Viviani, un comerciante italiano, y su tío Eulalio, quienes le ofrecerán su ayuda para rendir clandestinamente el bachiller que necesita para entrar a la universidad.