?En esta autonomía expresiva y en este dominio de la situación se encuentran los resortes de la perfección narrativa de Quiroga. Quizá se pueda decir de él, como de casi todos los que escribieron alguna vez algo de valor ponderable, que es a su vez un precursor y el nexo de unión entre una literatura desesperada por hallarse a sí misma en variantes meramente inteligentes de estilos y una literatura que se prende de su geografía física y espiritual y la expresa en toda su profunda realidad, sin escatimar los riesgos. Gracias a ello, Quiroga no es un realista ortodoxo, atado a una imitación admirativa de la realidad, sino un constructivo que descubre la riqueza trascendente de la realidad a la que se aproxima sabiendo que ella es la fuente y el final de toda la vida.? Noé Jitrik