Las reglas del método sociológico ha sido la obra más perdurable –y una de las más polémicas– para explicar qué es la sociedad y cómo se puede estudiar científicamente la sociedad. La sociología, según la visión durkheimiana, estudia “hechos sociales”: modos de actuar, pensar y sentir que son exteriores al individuo. Puesto que estos hechos son fenómenos colectivos, no pueden ser estudiados por medio de la introspección psicológica. Lo que se le pide al sociólogo, decía Durkheim, es que se coloque en el estado mental en el que se encuentra un especialista cuando se adentra en una región todavía inexplorada de su campo de estudio: “Es preciso que, que penetrar en el mundo social, tenga conciencia de que penetra en lo desconocido (…) que se prepare para hacer descubrimiento que lo sorprenderán y lo desconcertarán”.