Las elecciones sacaron al macrismo del Palacio y a la Argentina del racimo regional de gobiernos de derecha. Este acontecimiento mostró la perseverancia histórica de un periodismo silvestre que hay que rastrear en subjetividades y sensibilidades sociales plebeyas antes que en estructuras partidarias en identidades culturales. Se inaugura un escenario social y político novedoso y complejo. Los años de macrismo habilitaron y recargaron, con el control de los fierros estables y mediáticos, el revanchismo social. También dinamitaron por el aire redes y rejuntes que sostenían vidas al borde del terror anímico en una sociedad precaria que nunca se encaró como la verdadera batalla cultural y material. Esta cartografía de la sociedad ajustada, en continuidad con una genealogía de la precariedad a la argentina que venimos desplegando desde hace varios años, es una tarea urgente que requiere de una militancia inquieta y 24/7 de una apuesta constante por la conquista de nuevas percepciones políticas.