Onfray nos muestra que ha llegado la hora de contar la otra historia, la contrahistoria de la filosofía, la que reivindica el cuerpo frente al alma, la felicidad frente al tormento, el hedonismo contra el ideal ascético, el goce de la vida en lugar de la preparación para la muerte. La historia de una filosofía materialista, que fue una tendencia poderosa entre los griegos aunque luego la silenciara el idealismo. Los manuales, las enciclopedias y los tratados canónicos de filosofía son instrumentos ideológicos con los que «la historiografía toma el lugar de la guerra» para seguir imponiendo su línea dominante. Pero la importancia de Las sabidurías de la antigüedad no radica sólo en la defensa convincente de esa tesis sino que incluye la demostración de que, en efecto, esa contradicción tiene grandes maestros que oponer a la línea canónica. Y para ello Onfray empieza por los antiguos, se remonta a cínicos como Aristipo de Cirene o Diógenes de Sinope, materialistas como Demócrito y el poeta Lucrecio, hedonistas como Epicuro y Filodemo de Gadara, entre muchos otros. Así, este libro fascinante es al mismo tiempo una anti y una contraenciclopedia, una brillante y gozosa lección que nos muestra la otra rama dorada del pensamiento filosófico, la que enseña que el placer y el disfrute de la vida no van en contra de la virtud ni de la inteligencia. A finales del siglo XIX Nietzsche señaló el camino; a principios del XXI Onfray demuestra que éste es, más que ningún otro, el momento de liberarse del idealismo y abrirse a la otra tradición, la del hedonismo y el cuerpo. «Trata de desentrañar los hilos ocultos que hacen que en la historia hayan sido silenciadas, por los biempensantes de turno, aquellas posturas más rebeldes y más libertarias de las que Michel Onfray se reivindica sin ambajes» (Iñaki Urdanibia, Gara). «Con Epicuro, Spinoza, Nietzsche y Deleuze, Onfray reivindica un pensamiento que cuenta con el cuerpo como aliado» (Juan Malpartida, ABC).