En Chile, Argentina, Uruguay y Perú, aun con fechas disímiles, hubo periodos en los que la
violencia política fue una alternativa ante la barbarie de la desigualdad y la injusticia. En los
cuatro territorios, las militancias de orgánicas que optaron por la revolución –así como esta
se entendía en los largos sesenta: con la certeza de que sería tan radical como rápida y
violenta, para borrar lo viejo y dar paso a un mundo distinto–, tuvieron hijos e hijas que
fueron imaginados portando la semilla del hombre nuevo. Sabemos que esto no sucedió; el
proyecto de la transformación radical del mundo fue derrotado y fracasó. Y, sin embargo, no
todo fue borrado. Incluso a contramano de tiempos neoliberales impuestos e instalados en
toda Latinoamérica, hubo un legado que llegó hasta nuestros días.
Este libro reúne nueve textos que reflexionan en torno a las herencias que ese tiempo
revolucionario nos dejó, y nos invitan a reflexionar sobre las resistencias ante estos legados,
las tensiones intergeneracionales, y también las posibilidades de diálogo y recuperación.
Tamara Vidaurrazaga Aránguiz es Doctora en Estudios Latinoamericanos y docente en la
escuela de Ciencia Política, Gobierno y Gestión Pública de la Universidad Academia de
Humanismo Cristiano. Junto a Nicolás Acevedo Arriaza, Tamara Lagos Castro, Alejandra
Acevedo Arriaza y Camila Bunster Danklefsen, integra el taller Memorias en Construcción,
constituido en 2018 al alero del proyecto Fondecyt de Iniciación N.º 11170200 “Voces
intergeneracionales: Madres e hijos de la Nueva Izquierda Revolucionaria en el Cono Sur,
Chile, Argentina y Uruguay”.