El Padre Negro y el desierto florido, emblemas del Atacama, cobran vida en esta conmovedora novela de Diego Guaita, quien imagina el mítico origen de la Caldera del Diablo, un pequeño pueblo costero cuya fundación —rodeada de un tormentoso éxodo, el inesperado milagro de las flores, y liderados por Gerardo, el Conde, y Raquel, la Flor del desierto— representa lo más íntimo que el ser guarda en su corazón: la verdad de su historia familiar.
Nacida del desafío al orden impuesto, Caldera del Diablo cede ante el imperioso deseo del progreso y desarrollo moderno, atrayendo a sus límites toda la atención del manto florido, un Pacífico implacable y los Andes profundos, del empresariado extranjero e incluso de la codiciosa élite capitalina. Hogar de la primera locomotora latinoamericana, del modesto y profético Padre Negro, de suntuosas mansiones inglesas, templos franceses y numerosas familias italianas, este pueblo de ensueño es uno de aquellos imperdibles ejemplos sobre cómo el soberbio poder que la modernidad ejerce, enfrenta a los espíritus más cautos y conmueve a los más fieros.
Es a finales del siglo XIX donde comenzamos nuestro recorrido, época cargada de cambios tan intensos que alterarían, sin calma ni retroceso, el destino de todas las almas de la tierra, incluidas aquellas que se mantenían ingenuamente resguardadas en los confines del mundo: el recóndito y vasto desierto de Atacama, cuyo manto florido secretamente todo lo ordenaba.
La Caravana de las Flores promete ser una exploración fascinante de la lucha entre la modernidad y las fuerzas más profundas y cautivadoras que residen en el corazón humano. El choque del progreso y las tradiciones, el poder del misterio, y el impacto de los cambios históricos se plasman con personajes entrañables, en una obra que sin miedo transmuta los cuentos de la infancia y la ficción en verdad histórica.
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