En 1975, en el medio del período más intensamente político de su obra y de su vida, Louis Althusser decidió redactar un manual
de filosofía que fuera entendible para todos. Iniciación a la filosofía para los no filósofos es el resultado de ese esfuerzo. Lejos
de ser una simple obra de divulgación, se trata en realidad de un verdadero concentrado de las tesis fundamentales de su
pensamiento, en lo que tiene que ver con su ideología, con la ciencia y con la religión, como así con el concepto de práctica,
central en su pensamiento, desarrollado en esta obra como nunca antes. Momento de síntesis en el contexto de su producción,
instantánea fulgurante de una de las más influyentes filosofías de la segunda mitad del siglo XX e introducción cristalina a sus
categorías fundamentales, se trata también de un manifiesto para pensar el futuro. Un pensamiento cuya pertinencia atestigua
el éxito actual de sus descendientes, desde Jacques Rancière a Alain Badiou, pasando por Slavoj Zizek y Ètienne Balibar.