Hoy reconstruimos a un fotógrafo que existe en nuestra memoria histórica y política con la carga incalculable de la crueldad y el desconsuelo que significó su muerte, y del cual desconocíamos sus imágenes. En palabras de Claudio Pérez, ser fotógrafo durante la dictadura fue una militancia política. Rodrigo también lo fue y es. Sus fotografías son atemporales y reflejan en un sentido estético y político lo cotidiano, lo íntimo y lo público, desplazando los cánones de la fotografía documental a múltiples representaciones. Es así como esta se revaloriza, pues no es solo el acto de capturar un instante para registrarlo dentro de una historia (como tantas veces se le ha catalogado), sino también un soporte para plasmar visiones profundas y críticas que surgen desde lo autoral.