La profundidad y sofisticación de la poesía de Lan Lan abrevan de su hondo conocimiento de la tradición literaria china y occidental.
Sin embargo, la crudeza y la austeridad de la vida cotidiana en la fábrica donde trabajó en sus años adolescentes forjó el carácter
franco, realista y la gran vitalidad de su obra: aguda, incisiva y diáfanamente reflexiva. Como plantea la destacada sinóloga Radina
Dimitrova –autora de esta iluminadora traducción y muestra antológica–, el ritmo pausado y la melodía fluvial de su poesía, generan
un ambiente lírico singular, tanto sensual como racional, donde se revela la asombrosa capacidad expresiva de Lan Lan.