Desde la mañana, delante de los libros acumulados sobre mi mesa, le hago al dios de la lectura mi plegaria de lector insaciable: Nuestra hambre cotidiana dánosla hoy.
Gastón Bachelard (1884-1962), más que un hombre de letras fue un hombre de libros, un pensador cuya hambre de saber lo emparienta con los alquimistas de otras épocas.
Este filósofo, el más aventajado en cuanto a los avances científicos y artísticos de su tiempo, el solitario que se inclinaba cada noche sobre sus adorados libros ?