“Soy un analfabeto peleado con los libros. Un rehén de la escuela pública, de mis
amigos, de mi barrio, de mi familia. Un esclavo de las empanadas, de los cómics y los
chocolates.”
¿Cómo no admirar a un padre que se lo pasa en el café, rodeado de profesores bohemios y chicas
hermosas que quieren hablar de poesía con él? Si ese tipo abandonó a tu madre, que todavía llora
por él, ¿cómo no odiarlo? Y si además se niega a reconocer que sos un vago y se le ocurre anotarte
en el colegio secundario más prestigioso del país, ¿está loco o es un genio?
Cuando Frank asoma la cabeza a la vida adulta, recibe flor de bofetada. Tras haber caído en un
colegio para repetidores que es una aceitada fábrica de delincuentes juveniles, le ruega aterrado a
su papá que haga algo. El hombre, un poeta proletario, borrachín y mujeriego, tiene una idea
brillante: anotarlo en el curso de ingreso al Colegio Nacional de Buenos Aires. Lo que ninguno de los
dos hubiera imaginado es que entre libros, parciales y compañeros nuevos, Frank conocería a una
mujer que lo cambiaría todo. La profesora de geografía no sólo es hermosa y deslumbrante como
una antigua reina de Egipto, sino que también pretende iniciarlo en algo aún más fascinante que el
sexo: el secreto del Colegio.
Washington Cucurto ha escrito una novela que lleva su sello personal y es a la vez distinta del
resto de su obra. El contrapunto entre la voz del padre y la del hijo enmarcan un relato de iniciación
actual y clásico. Las ganas de crecer y el miedo a ser adulto, las dificultades de la adolescencia, la
necesidad de buscar un camino propio, el despertar del sexo, el amor por los libros son impulsos
que unen y separan a Frank y su padre con una fuerza vital que la escritura de Cucurto transmite
poderosamente.