Estamos frente a un ambicioso y contundente ensayo político-histórico que, a través de una conceptualización de los grandes hitos de nuestra historia y de una crónica minuciosa de los acontecimientos fundamentales de nuestros últimos sesenta años, nos entrega insumos para abordar los complejos y cruciales escenarios del presente.
Quizás uno de los mayores imperativos surgidos desde el 18 de octubre de 2019 es el de reflexionar sin ideas fijas sobre nuestro pasado, cuestionando las conclusiones que ya habíamos dado por verdades definitivas o, al menos, dimensionando las insufi ciencias y fisuras que estas visiones tuvieron. En esta labor, el análisis que hace Max Colodro en Chile indócil. Huellas de una confrontación histórica, es un hito ineludible.
Un fantasma recorre las páginas de este admirable libro: el de una crónica de Edwards Bello en la que relata que el fundador de una de las familias tradicionales de Chile vino como vigía en una de las tres carabelas de Colón. Agrega el cronista que cuando desde la cofa divisó la costa de Zapallar, en vez de gritar «¡tierra, tierra!» gritó «¡Loteo! ¡Loteo!».
Si el rigor del ensayista político no se lo impidiera, quizás Max Colodro bien podría usar esta cita como epígrafe de este análisis político-histórico, un coherente y profundo esfuerzo de interpretación de nuestra crisis actual, escrito antes del estallido social y completamente validado por este. Al rastrear las causas de las fracturas que ha padecido la sociedad chilena desde los años sesenta y que hoy han resurgido, el autor se remite a la estructura de propiedad cristalizada en la Colonia -la hacienda o, en sus propios términos, «la tierra ontológica»- y recorre un arco de más de doscientos años de nuestra historia hasta llegar a las rupturas que desde esas convulsas décadas han tenido todas nuestras formas tradicionales de organización y sociabilidad, sin haber sido sustituidas por formas enteramente propias de una modernidad integral.
Todos los proyectos políticos finiseculares, argumenta Colodro, contemplaban la exclusión de algún otro y la fundación de un orden basado en una parcialidad dominante. La revolución en libertad excluía al latifundio, la vía chilena al socialismo pretendía excluir a la burguesía, y la dictadura neoliberal excluyó al marxismo. El éxito de la posterior restauración democrática, basado en un entendimiento nacional sin precedentes, fue puesto en cuestión cuando la centroizquierda «despierta como de un sueño», que de inmediato interpreta como pesadilla: en el país que desarrolló es posible que la derecha gane una elección, por lo que abjura de su pasado reformista y se entrega a una espiral de ruptura. La derecha, por su parte, carente de proyección política, jamás le tomó el peso a la nunca realizada elaboración simbólica de su triunfo y no tuvo el lenguaje para interpretar la realidad y conducir políticamente los anhelos y frustraciones, administrando adecuadamente los conflictos de la memoria. Y así, muy pronto tenía que llegar el grito.
Quizás uno de los mayores imperativos surgidos desde el 18 de octubre es el de reflexionar sin ideas fijas sobre nuestro pasado, cuestionando las conclusiones que ya habíamos dado por verdades definitivas o, al menos, dimensionando las insuficiencias y fisuras que estas visiones tuvieron. En esta labor, el análisis que hace Max Colodro en Chile indócil. Huellas de una confrontación histórica, es un hito ineludible.
Fecha de publicación: 15/11/2020
Colección: Alameda
Dimensión: Alto: 21 cm
Ancho: 13 cm
Nº Páginas: 232
ISBN: 9789563661422