En esta antología vemos la obsesión de Rolando Martínez Trabucco por las fronteras territoriales del Norte Grande con Perú y también, como un doble fondo, las fronteras posibles del lenguaje, porque su escritura es inusualmente exacta a pesar de su abundancia y extensión. El viaje –siempre terrestre– en buses de otra época cuyas ventanas son aperturas de conciencia, detonadores de escritura para el poeta. También la carretera que simula la página en blanco: ahí está toda la necesidad artística, la razón de ser de esta poesía. Colores en frutas tropicales, arquitectura y paisajes que dan un golpe al centralismo de la literatura nacional. El asombro frente a las personas que habitan los espacios que desarrolla. En este volumen podemos sopesar la densidad de la experiencia tanto vital como literaria del autor. Gabriel Zanetti